El Síndrome del Impostor, mi mejor amigo

Descubre cómo convertir al síndrome del impostor en tu mejor aliado. En este artículo, te comparto mi experiencia personal enfrentando esa voz interna que te hace dudar de ti mismo. Aprender a escucharla desde una mirada compasiva y estratégica transformó mi marca personal, mi mentalidad y mis resultados. Si alguna vez sentiste que “no eres suficiente”, este artículo es para ti.

Nela Materán

5/20/20253 min read

El síndrome del impostor es una condición psicológica que, por mucho tiempo, me atormentó mientras desarrollaba mi marca personal y mis programas de mentoría. Por más que intentaba convencerme de que sí era capaz, no podía dejar de escuchar esa voz que me gritaba lo contrario. Hice meditaciones, afirmaciones frente al espejo… pero esa voz seguía ahí, gritando.

En medio de todo esto, y de mi lucha constante frente a ese león interno, hice un esfuerzo por cambiar la perspectiva. Me pregunté: ¿qué quiere decirme realmente esta voz? Tal vez no podía con algunas cosas todavía porque necesitaba estudiar más, aprender y fortalecer ciertas áreas que eran mis puntos débiles. Al tratar de suavizar esa voz, descubrí que, debajo de muchas capas de autoagresión, había un mensaje importante: había aspectos que debía mejorar en mí para convertirme en la persona capaz de alcanzar el éxito que soñaba.

He visto mucho en redes sociales cómo se habla del síndrome del impostor como algo totalmente negativo, un enemigo de tu grandeza. Pero en mi caso, no fue así. Fue un amigo que no supe entender. Un amigo que, cuando dejé de ignorarlo y de mirarlo con vergüenza, empezó a suavizar su tono.

"Nela, necesitas aprender un poco más de esto. Necesitas practicar un poco más aquello. Aún te falta crear casos de éxito." Al cambiar mi perspectiva, empecé a verlo como un aliado, como un guía y un crítico constructivo en mi camino. Lo más importante fue que empecé a escucharlo... y a tomar acción inmediata. Sin caer en otro innombrable: la parálisis por análisis.

Si el mensaje era: “Debes aprender un poco más sobre esto”, entonces me ocupaba activamente de hacerlo y de ponerlo en práctica. Si el mensaje era: “Te falta crear casos de éxito”, me preguntaba: “Bien, ¿cómo los creo?”. Cada mensaje que lograba interpretar, lo acompañaba de una acción.

Honestamente, fue impresionante el cambio que comenzó a ocurrir: en mi marca, en las personas a mi alrededor y dentro de mí.

Hoy, todavía hay momentos en los que me distraigo y caigo ligeramente en la “mala interpretación” de los mensajes, pero ahora me doy cuenta mucho más rápido y con mayor consciencia, y cambio la perspectiva.

Lo que quiero que entiendas con esto es que, a veces, esa vocecita del síndrome del impostor tiene razón. Pero eso no significa que no puedas hacer nada al respecto. La clave está en abordarlo desde una postura equilibrada, con armonía, y no desde una autoexigencia perfeccionista y autodestructiva.

Mi consejo: cuando sientas al síndrome del impostor, no te autoflageles con frases de afirmación que ni tú mismo crees. Es como mentirte en la cara. Seamos sinceros con nosotros mismos y aceptemos que tal vez no sabemos lo suficiente sobre cierto tema, que quizás estamos apuntando demasiado alto para empezar, o que necesitamos más práctica en otras áreas.

Aprender a escuchar nuestra propia autocrítica con honestidad y de forma constructiva es una herramienta poderosa para convertirnos, cada día, en la mejor versión de quienes podemos ser.

Convertir al síndrome del impostor en tu mejor amigo es una de las alianzas más valiosas que puedes crear cuando estás comprometido con dar lo mejor de ti. Te invito a practicarlo desde el amor y el respeto hacia ti mismo.

Déjame tus comentarios sobre cómo te va con este enfoque… ¿Es ahora más fácil trabajar con este aliado que luchar contra él?

Me gustaría saber si te aportó mi artículo

¿Te gustaría que sea tu Mentora?